El rojo es el símbolo de la pasión.
Así como el rosa lleva nuestra mente a los recuerdos del primer amor, el rojo nos enciende con el fuego de los amantes, donde no es necesario que existan más vínculos que el de dos cuerpos entrelazados en impetuoso éxtasis.
El rojo nos recuerda el pecado, sobre todo, cuando se encuentran junto a unos labios capaces de conducir a la locura... una combinación tan placentera como peligrosa...
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